Una búsqueda de los primeros antepasados.

Cuando hablamos de “los pueblos indígenas”, nos referimos a todos aquellos descendientes de las primeras poblaciones, a quienes llaman también “los antiguos”, “los pueblos originarios”, “los primeros”.

Hace unos 30.000 mil años, desde Asia, atravesando el estrecho de Bering se iniciaban los primeros pasos del poblamiento de América en pleno Pleistoceno o Edad de Hielo. Bandas de cazadores recolectores asiáticos, que pertenecían a la variedad humana moderna Homo sapiens sapiens, derivados de una población afin a la mongoloide, aunque no la única, cruzaron al nuevo continente persiguiendo a sus presas empujados por las necesidades básicas de supervivencia. Ingresaron por el puente natural congelado conocido como “Beringia” formado en el tiempo de las grandes glaciaciones y que por aquel entonces, unía los actuales continentes de Asia (Siberia) y América. Esta es la teoría científica más reconocida, que plantea que sucesivas oleadas migratorias de grupos humanos fueron asentándose en los nuevos territorios, también hacia el sur. Estos primeros habitantes de nuestro continente y por ende de nuestro territorio llegaron persiguiendo a la megafauna hoy extinguida, es decir el caballo americano, mastodontes, el tigre diente de sable, en América del norte, y los grandes animales originarios del Sur del continente y nuestro actual territorio como los perezosos terrestres, el megaterio, el milodón, los gliptodontes entre otros.

Hace aproximadamente 10.000 años la fauna del Pleistoceno fue desapareciendo, así como también aumentó la temperatura y la retracción de los hielos y se inició el Holoceno, la época climática actual.

Hay evidencias de que unos primeros grupos de cazadores se fueron expandiendo hacia los 12.000 años en distintas zonas de América del Sur incluso llegando hasta la actual Tierra del Fuego. Estos primeros pobladores formaban bandas entre 25 y 50 individuos emparentados, subsistían con la recolección de frutos y plantas y también de la caza de animales. Es muy probable que los movimientos poblacionales se relacionaran con los cambios ecológicos que a su vez fueron provocando la desaparición de los grandes animales, así como el aumento demográfico y la presión de caza y la competencia con otros grupos. En un mundo cambiante había que garantizar comida para un mayor número de gente. Se desplazaban siguiendo itinerarios basados en el conocimiento de los recursos que brindaba el territorio y se alojaban en cuevas, aleros, o chozas de ramas y cueros.

La caza del guanaco y del caballo americano parecen haber sido la base de la dieta al menos, en algunas épocas del año, la tecnología lítica se fue diversificando, es decir el uso de instrumentos rudimentarios se fue perfeccionando en función de una mayor eficacia en las técnicas de caza, ejemplo de esta tecnología son las originales puntas “colas de pescado” halladas en los sitios arqueológicos más antiguos del extremo sur del continente.

algunas definiciones y características del trabajo de los arqueólogos

ARQUEOLOGIA

El arqueólogo no descubre el pasado, porque el registro arqueológico está en el presente y porque los hechos observados son actuales y por sí mismos no nos informan acerca del pasado. El registro arqueológico no se compone de símbolos, palabras o conceptos, sino de restos materiales y distribuciones de materia. Para entenderlo hay que averiguar como llegaron a existir esos materiales, como se han modificado y cómo adquirieron las características que vemos hoy. (Lewis Binford) La evidencia arqueológica aparece dispuesta en lo que los arqueólogos llaman yacimientos o sitios arqueológicos. Es decir son los lugares donde se hallan huellas significativas de la actividad humana (Renfrew y Bahn 1993)

Cuatro categorías de evidencia arqueológica:

Los artefactos: son los objetos que resultan de la actividad intencional de los seres humanos. Se caracterizan por tener forma y tamaño tales que permiten su transporte y manipulación.(Aschero 1980) Por ejemplo: armas, herramientas, adornos, una vasija cerámica, un broche de metal, las cuentas de collar, cuchillo de piedra, etc.

Los ecofactos: Son restos orgánicos e inorgánicos no artefactuales, es decir no han sido elaborados por los seres humanos pero brindar información sobre la actividad humana del pasado. Están asociados a otras evidencias. (Renfrew y Bahn 1993) Por ejemplo: restos de plantas o animales, el carbón de un fogón, restos microscópicos de polen, los huesos de animales fracturados o quemados por la mano del hombre igualmente son considerados en esta categoría.

Las estructuras: Corresponden a artefactos no transportables (Renfrew y Bahn 1993) Por ejemplo: fogones, hoyos de postes y zanjas, hasta las más complejas como casas, tumbas, graneros, pirámides, etc.

Las representaciones rupestres: Arte rupestre es el conjunto de pinturas (conocidas también como pictografías) y grabados (petroglifos) ejecutados sobre rocas. Las representaciones son unas de las fuentes más importantes para acercarnos a los comienzos intelectuales y artísticos de la humanidad. Se encuentran en cuevas, paredones, reparos y bloques. El ejemplo de arte rupestre más conocido y difundido de nuestro país, es el de la Cueva de las Manos en Santa Cruz.

Tiene cerca de 10.000 años de antigüedad y ha sido declarado patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO. Argentina tiene un registro de más de 1.500 sitios arqueológicos con representaciones rupestres.

(Bellelli, Cristina “Arqueología: como el presente devela el pasado” en Garreta, ,M.. y Bellelli, C. (comp) La trama cultural Textos de antropología y arqueología. Buenos Aires Ediciones Caligraf. 2da Edición 2001.

Sabías que...

Con los avances de la genética, el ADN nos permite trazar la ruta que siguieron los primeros humanos desde el continente Africano a todo el mundo.. . Los estudios del ADN han confirmado que todos los humanos, en nuestras variadas formas y colores, tenemos una filiación con los cazadores-recolectores africanos que vivieron unos 150 mil años atrás... “Al poblar América, los humanos actuales habían conquistado la mayor parte del planeta. Cuando los exploradores europeos se hicieron a la mar hace ya 700 años, las tierras que “descubrieron” ya estaban llenas de gente. Los encuentros fueron a menudo cautelosos o violentos, pero eran, genéticamente hablando, reuniones de una familia muy unida.” Shreeve, James “La gran travesía humana” en National Geographic en español, marzo 2006.vol

por Maria Elena Camba